jueves, 5 de noviembre de 2009

EL APRA (CONCEPTO, CONTEXTO HISTÓRICO, PENSAMIENTO)

El Apra (Alianza Popular Revolucionaria Americana) es un partido político nacido oficialmente en México e ideado por el pensador político peruano Víctor Raúl Haya de la Torre en 1924, hombre que formo en gran parte la historia política del perú del siglo XX.

CONTEXTO HISTÓRICO
Como movimiento político latinoamericano se considera el 7 de mayo de 1924, en un acto en el cual Haya de la Torre, cercano colaborador del político y educador mexicano José Vasconcelos Calderón entrega a la Federación de Estudiantes de México la bandera indoamericana, como la fundación oficial del APRA, (Alianza Popular Revolucionaria Americana). La formulación de sus principios está en un artículo publicado en el número de diciembre de 1926 de la revista inglesa "The Labour Monthly" What’s the A.P.R.A. (en inglés), donde se formulan los 5 puntos del APRA, en la creación de un Frente Único latinoamericano (o indoamericano según la propuesta de Edith Faupel y Haya de la Torre):
1. Acción contra todo Imperialismo
2. Por la Unidad Política y Económica de América Latina.
3. Por la nacionalización progresiva de tierras e industrias.
4. Por la internacionalización del Canal de Panamá; y
5. Por la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo.

PENSAMIENTO POLÍTICO
Antecedentes
El Aprismo tiene como antecedente la reforma universitaria, que en 1918, orientó por primera vez la universidad hacia la realidad concreta y hacia el pueblo, porque hasta entonces, en sus aulas se repetían solamente las teorías y el pensamiento europeo.
La Reforma Universitaria en la que se formó el joven Haya de la Torre, unió por primera vez a los obreros y a los estudiantes que crearon las universidades populares en las fábricas, y lucharon con los trabajadores hasta conseguir la jornada de las 8 horas.
El segundo acontecimiento que influyó en el origen del APRA fue la gran Revolución Mexicana (1910) que proclamó la reforma agraria (Zapata), la independencia de la nación mexicana frente a la influencia de Estados Unidos (Pancho Villa) y la construcción de un nuevo estado capaz de orientar la riqueza de México hacia la justicia social (Constitución de 1917). Con esas dos influencias el joven Haya de la Torre creó la doctrina aprista, cuyos conceptos él continuó enriqueciendo a lo largo de su vida, de acuerdo a los cambios del mundo y de la sociedad.
Ideología
El Aprismo, no es una teoría intemporal que haya surgido de la imaginación abstracta de un ideólogo; no es una teoría o un sistema académico que haya brotado, por obra de un conjuro. Haya de la Torre, es el aglutinador político, el punto de convergencia de una generación que polariza el pasado en lo que tiene de vital y el porvenir en lo que tiene de trayectoria humana. No cabe, en los límites de este escrito la exposición detallada de la teoría aprista sobre tópicos tan interesantes como la función revolucionaria de nuestras clases medias. Quien desee conocer o entender el concepto filosófico aprista, debe estudiar tres libro: “El Antimperialismo y el APRA”, “Espacio, Tiempo – Histórico” y “Treinta años de aprismo”.
Ahora bien, el Aprismo ostenta una peculiaridad de origen que lo distingue de los demás movimientos y doctrinas de su categoría en el continente. No solamente por su caracterismo de militancia bolivariana -y ya en este glorioso patronímico, la valoración epónima de nuestra meta unionista continental que el APRA reivindica- sino por la singularidad de sus afluencias predecesoras. Ella puede rastrearse a partir del vigoroso movimiento juvenil que insurge entre 1918 – 23, y que se conoció como la REFORMA UNIVERSITARIA. Y de esta, los fundadores del APRA recogieron dos vigorosas inspiraciones: la de independizar a nuestras generaciones del colonialismo mental de las naciones imperialistas, y la de aunar a los trabajadores manuales e intelectuales, para acometer juntos una atrevida empresa de civilización democrática: confederar a nuestros pueblos y conseguir para ellos la justicia económica, mas sin menoscabar sus libertades
El aprismo está segmentado en la idea del espacio-tiempo histórico, fundado a su vez en los preclaros de la teoría de la relatividad de Albert Einstein. No tendría por qué ser el aprismo un calco de las ideas de Marx o un satélite postergado como lo fue Cuba en Latinoamérica.
El aprismo como teoría incomprendida, como hijo negado, como profeta perseguido, es teoría aún incompleta. Haya de la Torre solo señaló el camino, abrió la puerta de algo distinto.

Existes tres momentos, ideológicamente hablando: el primero con el grito que significó en la región El antiimperialismo y el APRA, el segundo con Espacio y tiempo histórico, y el tercero con Mensaje de la Europa Nórdica. Estos tres tienen el signo del adelanto ideológico, y por ello su trascendencia, su incomprendida trascendencia. La gran mayoría de detractores se ha quedado en la lectura del primer momento, y con ello creen que han entendido al APRA.

Ser aprista en estos tiempos es ser socialdemócrata; creer, como en la década de 1930, en un país nuevo y distinto; creer en la justicia social, porque, contra lo que sostiene Fukuyama, las ideologías no han muerto, nunca podrán morir. Aquí habría que leer a Althuser. De ahí la concepción errada que se ha dado en Europa: se trata solo de un proceso, el de los partidos políticos contra los colectivos. Es solo una página de la historia que dará inicio a otro proceso.

Del siglo XX nos queda la lucha antiimperialista. Hoy nos enfrentamos a un nuevo imperialismo, el del bloque Cuba-Venezuela. Su injerencia en la vida política de otros países significa un imperialismo. Por eso hoy, como antes, podemos decir: “Ni imperialismo norteamericano ni imperialismo neosocialista”.

Lo que ya no se puede afirmar del aprismo son algunos puntos del programa máximo, que debieron renovarse sin que ello signifique perder la naturaleza social e ideológica. La internacionalización del Canal de Panamá es un ejemplo de esto.
Alguna vez Haya de la Torre dijo que necesitábamos del capital, pero en condiciones iguales. No se negó a la inversión, como sí hicieron algunos partidos aquí de gen roja. Se negó a la desigualdad de condiciones, pero no a la inversión del capital.

El Gobierno actual ha hecho uso de esta prédica en el campo económico. Más que de un uso, se trata de una deuda con la historia y con el partido, con Haya de la Torre. En este capítulo de la historia republicana escribirán que fue un pago atrasado del presidente Alan García. Es un tema que va más allá del Gobierno.

Alguna vez Haya sostuvo que un buen gobierno está ligado al conocimiento de la economía, puesto que las cuestiones de Estado requieren que un país tenga para su desarrollo cifras aceptables para el mundo.
No hay un aporte principal de nuestra ideología a la política nacional. Escribir sobre política en los primeros años del siglo XX es escribir sobre los pasos del aprismo; están intrínsecamente ligados. Por ello, la historia del APRA es parte de la historia política del Perú.


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